MATEMÁTICAS VITALES

Quise sumar sumandos aunque fuera con llevadas, por no restar más sustraendos de perdidos minuendos.

De los restos hice totales y de las sumas multiplicandos para operar por pares. Y a los conjuntos di la integral del polinomio de mi vida.

Me perdí en la matriz sin calcular el logaritmo, y en el límite, tendiendo a infinito, derivé hacia la hipotenusa y se me cayeron los cosenos.

Todo fueron ya tangentes y secantes y mi dividendo, por la fuerza de un divisor con presión de raíz cuadrada, me dejó el cociente del vacío con potencia de infinito.

Al final, ni π fue constante ni x incógnita, el cardinal no se hizo ordinal y yo, como buen cateto, hice el primo.

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