JE SUIS…

Moi

No sé. Después de contemplar las campañas periodísticas por cualquier asunto y el derroche de memes, entradas y entradillas en Twitter, Facebook, Google+ y demás redes sociales, suelo terminar aborreciendo el asunto.

Por otra parte, no sé si por mi creciente tendencia a la fobia social, por mi excesiva precaución ante los encubiertos métodos de captar información personal o porque me revientan los «listos», no suelo bajar la cerviz para seguir las indicaciones de esos memes que piden expresamente ser compartidos… y menos si lo hacen intentando tocar la médula sensible de la compasión o la vena supersticiosa que en mayor o menor medida llevamos todos los seres humanos. Eso de «cuelga esto en tu muro al menos un día. El 95% no lo hará…» me saca de mis casillas y por más que comparta el contenido del mensaje, no suelo seguir la instrucción.

El reciente episodio del asesinato de los miembros de la revista satírica francesa «Cherlie Hebdo» ha sido uno de esos acontecimientos que generan riadas de opiniones.

Grave es obvio que es, se mire por donde se mire. No consigo entender que nada pueda solucionarse matando a nadie.

Puedo entender la indignación de un musulmán, de un cristiano o de un judío porque alguien se mofe de sus símbolos. Lo que no puedo entender es que esa indignación conduzca a matar al autor de la mofa… En realidad lo que no puedo entender, bueno, entender sí, aceptar no, es que la Humanidad siga etiquetándose en función de falacias como las que alimentan las religiones; y menos que esas etiquetas conduzcan a versiones en las que la eliminación del resto es la consigna.

Por otra parte, desde el principio de este asunto, como con los ya casi «históricos» de Salman Rushdie y sus Versos satánicos o de las caricaturas de Mahoma publicadas en 2005 por Jyllands-Posten, me ha llamado la atención un hecho esencial: la revista Charlie Hebdo, como cualquier otra publicación, la lee el que quiere, no es de lectura obligatoria, no se obliga a nadie a contemplar todas y cada una de sus páginas. Esto vale para cualquier publicación, programa televisivo o radiofónico. Sí, puede ser bueno conocer lo que opinan los demás, pero si eso que opinan los demás te molesta, basta con no leer, no ver o no escuchar aquellas publicaciones o emisiones que te ofenden.

La historia está llena, sin embargo, de episodios de persecución de las ideas, lo que ha llevado a entregar a las llamas ingentes cantidades de libros… y de personas, por el simple hecho de opinar algo que no gustaba a quien tenía las riendas.

No, no estoy de acuerdo en limitar la libertad de expresión. Me gusta la sátira de cualquier cosa. No hay nada suficientemente sagrado o intocable con existencia real o irreal que no merezca algún chascarrillo. Me encantan los chistes sobre Jesucristo, sobre Abraham o sobre Mahoma y me parece ridículo escandalizarse por ello. Eso sí, jamás haría esa befa en la cara de un cristiano, un judío o un musulmán. Respeto sus creencias aunque no las comparto. Y me gustaría un mundo sin religiones, un mundo como el que imaginaba John Lennon en su icónica composición Imagine

Imagine there’s no Heaven
It’s easy if you try
And no Hell below us
Above us only sky

Imagine all the people
Living for today
Imagine there’s no country
It isn’t hard to do

Nothing to kill or die for
And no religion too
Imagine all the people
Living life in peace

You may say I’m a dreamer
But I’m not the only one
I hope someday you will join us
And the world will be as one

Imagine no posessions
I wonder if you can
No need for greed or hunger
Or Brotherhood of Man

Imagine all the people
Sharing all the world
You may say that I’m a dreamer
But I’m not the only one

I hope someday you will join us
And the world will be as one

(John Lennon)

 

PACO I… ¡HABEMUS PAPAM, CHÉ BOLUDO!

messipapa

Pues nada, el Señor Nuestro Dios ha designado nuevo Míster Universo.

Tal vez sea porque se empeña en seguir utilizando los sistemas de comunicación metafísicos, siempre con interferencias, por lo que los 115 cardenales reunidos en la Capilla Sixtina han necesitado cinco votaciones para elegir al nuevo Papa. Sigo sin entender por qué un dios que se apareció a Moisés y le dio escritas de su puño y letra las Tablas de la Ley, no se aparece a los cardenales y les dice lo que quiere… Se supone que se ha comunicado con ellos a través del Espíritu Santo (algo así como la intranet de la Iglesia en la que Dios es el administrador y dispone los perfiles de usuario, controla el correo electrónico…) para designar al Vicario de su Hijo en la Tierra; pero los cardenales no han debido de entender bien los mensajes y por ello han tenido que votar cinco veces hasta que uno de ellos ha obtenido la mayoría necesaria (eso de «mayoría»  tiene una connotación democrática que no tiene absolutamente nada que ver con la supuesta teocracia, realmente oligarquía y plutocracia, que es la Iglesia Católica)

El nuevo Papa, argentino de ascendencia italiana, ha tenido algún gesto que los agudos contempladores y narradores han calificado de muestra de humildad. Los halagadores han vinculado esos gestos a su compromiso con los pobres… esperemos que ese compromiso redunde, por ejemplo, en el reparto de las inmensas riquezas de la Iglesia entre los pobres de todo el Mundo (ja, ja, ja)

Los críticos no han esperado demasiado para dar a conocer todo aquello que pueda atufarle, como su supuesta connivencia con la dictadura de 1976 a 1983 y hasta incluso su relación (sin que existan acusaciones judiciales expresas) con el secuestro por la dictadura de algún jesuita o con una trama de tráfico de bebés.

Otros se paran a valorar las posibles nuevas orientaciones de la Iglesia con respecto a muy diversos temas, esperando por ejemplo, posturas más acordes con los tiempos que corren con respecto a temas como las uniones legales entre homosexuales, el control de la natalidad… incluso los hay que esperan la suavización de las posturas oficiales sobre ello (ya se sabe que a título privado los jerarcas de la Iglesia y el clero en general han sido muy comprensivos en esos temas a lo largo de la historia… para ellos, claro), como si eso fuera coherente con la doctrina.

Lo lamentable es que en el siglo XXI siga manteniéndose esta parafernalia sustentada sobre los cimientos de millones de víctimas condenadas por no creer lo que en cada momento fuera ordenado creer, aunque después fuera lo ordenado creer…

 

MIS CARTAS A DIOS (III). TOPOGRAFÍA

Muy Señor Mío:

Al hilo de mi última misiva, se me ocurre uno de los casi infinitos porqués. (nada más lejos de mi intención que hurtarte el monopolio de la infinitud).

Tuviste tiempo, mucho tiempo, todo el tiempo, para pensarte con calma qué es lo que querías hacer y cuál era el diseño más adecuado.

Entonces, ¿por qué narices, cuando diseñaste la estructura y distribución del cuerpo de los seres supuestamente destinados a alabarte, hiciste la chapuza de colocar «la zona de recreo» junto a las «cloacas«? (¿desorientación?)

No, es que esto tiene su importancia.

Resulta que las terminaciones nerviosas que proporcionan más placer al ser que se supone tú creaste y que, además, son las responsables de la perpetuación del ser creado, se encuentran en la zona más sucia. En el caso del macho, uno de los conductos de excreción sirve a la vez para «lanzar» ese 50 % de carga genética que hace que un nuevo ser sea concebido… eso sí, con un derroche de tres pares de narices, porque «lo» lanzado contiene millones de transportistas de la carga genética… pero sólo uno es el elegido (se ve que cuando ideaste el plan no había recortes ni restricciones de ningún tipo). Y en el caso de la hembra de la especie, no se te ocurrió otra que hacer confluir en un espacio de entre uno y tres centímetros, no más, las terminaciones de los conductos de excreción líquida, de excreción sólida y de recepción de aporte genético (y, además, periódicamente, de excreción de los restos del material sistemáticamente dispuesto para la procreación aunque no la haya)

No sé, se me antoja un cúmulo de guarrería.

¿No podías haber puesto en otro sitio más limpio los columpios?

¡Tela con el diseño inteligente!

Luego, encima, te empeñas en enviar revelaciones a tus santos acólitos para que nos digan que eso que tú has creado y que posiblemente tenga la poca salsa de la vida, no debe ser usado para conseguir la parte buena que proporciona sino única y exclusivamente para procrear (eso sí, buen número de esos transmisores de revelación se pasan por el forro de sus carpichos el mensaje y se dedican a dar mandanga de la buena a menores y mayores del mismo o distinto sexo)

Además, parece como si esta cuestión de darle gustillo a las partes relacionadas con cacas y pises fuera el vértice existencial de todo y el incumplimiento de lo ordenado respecto al correcto uso del asunto fuera mucho más importante que matar inocentes en masa, robar a espuertas a costa del bienestar de los menos favorecidos o hacer trampas para ganar el Tour el Francia.

No sé… no entiendo nada.

(Oye, Manolo; ¿tú crees que estarán llegando a su destino estas cartas? Es que no me contesta nadie?…. Ya, ya… ya sé que correos está muy mal…. ¿Y si mando correos electrónicos?… ¿o, mejor, un whatsapp?)

caj.ando

 

carta

MIS CARTAS A DIOS (II) ¿POR QUÉ?

Muy Señor Mío:

Transcurridas más de 72 horas de mi primera misiva sin haber recibido la más mínima respuesta, me aventuro a dirigirle esta segunda carta.

Sigo sin saber si dirigirme a Usted como Yahvé, Dios, Allah, Zeus o, en lugar de ello, hacerlo en plural, a modo de «Estimados Señores Dioses del Olimpo»

En cualquier caso, mi pregunta de hoy es independiente de que Usted sea uno, o uno en tres, o tres en uno, o cientos de seres.

La pregunta es tan sencilla y a la vez tan compleja como ésta:

¿Por qué?

Sí. ¿Por qué todo esto que me rodea?

¡Qué sentido tiene la existencia de un Universo tan inmenso?

¿Por qué existimos los seres humanos?

¿Por qué somos perecederos?

¿Por qué yo soy YO?

¿Por qué no existe ninguna confirmación pragmática de la existencia de ningún porqué?

La verdad es que me pongo a pensar en el dios diseñado en esa versión mayoritaria en el Mundo y me pregunto qué clase de aburrimiento supino te llevó a decidir que tenías que construir este tinglado (perdón por el tuteo)

Te imagino mirando a no se sabe muy bien qué y diciendo: «pues, estoy un poco aburrido, así es que voy a crear un Universo»

¿Pa qué?

No termino de entender el por qué. Y me vale de poco cualquiera de las explicaciones axiomáticas de las doctrinas que amparan tu concepto.

¿Por qué no te quedaste quietecito?

bigbangtheorysheldonstareathand

 

carta

MIS CARTAS A DIOS (I)

Muy Señor Mío:

Ante todo quiero expresarle mi confusión respecto a Quién es Aquél a Quien me dirijo (o incluso Quiénes son). El análisis y la consideración de las diversas doctrinas religiosas existentes en el Mundo en la actualidad y las que han ido marcando diversas etapas de la Historia, hacen que esa confusión sea mayor. El hecho de haber nacido y haberme educado en una sociedad Católica mediatiza considerablemente los conceptos sobre su concepto y esencia; pero la constatación de que en sociedades próximas su figura y personalidad es considerada con matices diferentes hace que mis dudas sobre su carácter, valores, poderes y potencialidades sea tan grande que hace mucho tiempo dejé de creer en la existencia del Dios que cualquiera de las religiones presenta. En todo caso, por el momento, permítame que me dirija a Vd. (perdón si el tratamiento de «usted» no es suficiente para su sublime majestad) para plantearle algunas de las dudas, sinsabores, perplejidades y hasta cabreos que me asaltan al observar a mi alrededor lo que sucede en eso que aquellos que creen en Vd. (insisto en las disculpas por el tratamiento) llaman la CREACIÓN.

No sé si para el asunto éste de la VERDAD desde el punto de vista de la religión es de aplicación el principio básico de la DEMOCRACIA, es decir, si la VERDAD es aquella versión de la realidad, aquella Religión, que es más «votada», más seguida. En ese sentido, resulta que, aproximadamente, el reparto de creyentes en distintas religiones es:

  • cristianismo: 2300 millones
  • islamismo: 1820 millones
  • budismo: de 200 millones a 1600 millones
  • hinduismo: 900 millones
  • religión tradicional china: 394 millones
  • religiones indígenas: 300 millones
  • religiones afroamericanas: 100 millones
  • sijismo: 23 millones28
  • espiritismo: 15 millones
  • judaísmo: 13,3 millones
  • bahaísmo: 5 millones
  • jainismo: 4,2 millones
  • sintoísmo: 4 millones
  • caodaísmo: 4 millones
  • zoroastrismo: 2,6 millones
  • tenrikyō: 2 millones
  • neopaganismo: 1 millón
  • unitarismo universalista / unitarismo + universalismo: 0,8 millones
  • rastafarianismo: 0,6 millones

       (fuente: Wikipedia)

Dentro del grupo «ganador», sin embargo, existe un importante conjunto de confesiones distintas, de las que la más numerosa es la de los católicos, con unos 1.100 millones de «votantes», seguidos por las casi infinitas derivaciones del protestantismo, mormones, adventistas…

No olvido, claro, que los dos primeros grupos de la «clasificación» (cristianos y musulmanes) parten de la consideración  como cierta de la base doctrinal contenida en los tradicionales textos sagrados del judaísmo, por lo que podríamos decir que, con muchas decenas de variantes doctrinales, cristianos, musulmanes, judíos y otros elevan la cifra de votantes en un Usted originalmente idéntico a unos 4.200 millones, más de la mitad de la población del planeta.

Así es que hay una primera cosilla que se me viene a la mente: ¿Tienen la razón esos 4.200 millones porque son mayoría? ¿Cuál de las diferentes versiones de su Usted en cada una de las confesiones que suman esos 4.200 millones es la verdadera? ¿lo es alguna o no lo es ninguna?… ¡me patinan las neuronas! ¿Por qué tanta confusión?

En cualquier caso, voy a dirigirme a Usted sobre la base de suponerle ese Creador en cuyos aspectos esenciales parecen coincidir esos 4.200 millones (por mucho que al oír o leer a los defensores de unas u otras corrientes parezca que están hablando de dioses distintos)

Pero, bueno, puesta la base de esta premisa, de momento no quiero agobiarle (¡uy!, perdón, supongo que eso es imposible) así es que voy a despedirme por hoy expresándole  mi intención de seguir planteándole cuestiones como éstas.

Reciba un cordial saludo.

(Oye, Manolo, ¿de cuánto es el sello de correos para el cielo? ¿Basta con uno de 37 céntimos? ¿Tengo que mandar la carta certificada? ¿o mejor lo hago con un burofax?

carta

MIRARSE AL ESPEJO Y VER EL REFLEJO DE OTRO

(Ojo, artículo no apto para católicos acérrimos)

La Conferencia Episcopal Española ha puesto el grito en el cielo (y nunca mejor dicho), ante el hecho de que más del 50 % de los jóvenes españoles no conozca la figura de Jesucristo.

La verdad es que dice poco del sistema educativo hispano.

Independientemente de adscripciones ideológicas o religiosas, es lamentable que una figura trascendental en la historia de la Humanidad pase desapercibida para nadie, se esté o no de acuerdo con las doctrinas amparadas en su presunta predicación.

El asunto desvela una realidad que tiene su fundamento en un sistema educativo en el que para evitar el fracaso escolar se han rebajado tanto los contenidos que se ha vaciado por completo el saco de conocimientos que los escolares cosechan en sus años de escolarización. Lo peor es que el objetivo no se ha logrado y el fracaso escolar sigue a pesar de las facilidades (casi de regalo) para promocionar.

Se trataba, según se argumentaba, de cultivar las capacidades, es decir, de preparar a los individuos, con unas bases adecuadas de razonamiento verbal y numérico, para afrontar, en función de sus intereses posteriores, la asimilación de contenidos específicos en los niveles superiores de la educación. Efectivamente, aquellos que por sus circunstancias personales, familiares y sociales han sentido la llamada del conocimiento, habrán podido avanzar… en los márgenes de un cauce sapiencial estrecho, pero con algo que «llevarse a la boca». Pero la comodidad, la indolencia, es mala consejera cuando no se siente la presión necesaria… o cuando no te han sabido pulsar el conmutador adecuado. En una sociedad con tantos reclamos para la diversión (televisión, videojuegos, redes sociales…) la alternativa entre estudiar la historia del siglo I o echarse una partida a Call-Duty tiene una elección muy fácil.

Claro que es lamentable que un joven no sepa quién era Jesucristo, ¿pero lo sabe un adulto por mucho que se haya pasado media vida en Misa? ¿lo sabe realmente un sacerdote? ¿lo sabe la Conferencia Episcospal?

Además, parece que el problema del hecho radica en que debido a ello la juventud se encuentre más perdida, como si conocer la figura les fuera a sacar de los problemas de identidad y de esperanza vital que aquejan a la juventud actual… ¡Claro, se trata de arrimar el ascua a la sardina propia!, de vender el producto… Eso sí, sin plantearse el grado de culpabilidad de la propia estructura de la Iglesia. Porque, vamos a ver, los jóvenes de hoy han estudiado en su mayor parte en centros académicos católicos o en centros públicos en los que, recordemos, la enseñanza de la Religión Católica era obligatoria hasta hace muy poco, con profesores elegidos por la propia Iglesia… ¡Qué mal lo han hecho que no han transmitido ni siquiera el conocimiento primigenio de su doctrina!

NO, no es lamentable que los jóvenes (y los adultos) no sepan nada de Jesucristo, es lamentable que no sepan quién fue Jesucristo, Buda, Mahoma o hasta John Smith; que no conozcan las doctrinas del islam, del cristianismo, del budismo, del hinduísmo, del taoísmo o hasta de la religión egipcia antigua, para que en un simple y sencillo análisis comparativo se dieran cuenta de que todas las religiones no son más que una suma de patrañas acondicionadas por intereses no siempre confesables, para mantener dominada a la gente. Como es lamentable que desconozcan cuestiones fundamentales de la Física, de la Geografía, de la Historia o de la actualidad… de la actualidad realmente trascendente para el devenir de la Humanidad, no de la actualidad de la vida de los famosos, famosillos o famosetes. Seguramente, cualquiera de los jóvenes que no conocen la figura de Jesucristo, tampoco conozcan quién fue Emiliano Zapata, Agustín de Iturbide, Alfonso X el Sabio o Julio César… pero seguro que conocen a Justin Bieber, a Lionel Messi o a Shakira.

El conocimiento es poder… y evitar el conocimiento de las masas da poder a los que lo detentan… por mucho que ellos sean tan ignorantes o más que sus víctimas.

DE RELIGIO ET DEVS (XVI) HENOTEÍSMO

Real Academia Española:

henoteísmo.

(Del gr. ἕν, uno, θεός, dios, e -ismo).

1. m. Forma de las religiones en que hay una divinidad suprema a la vez que otras inferiores a ella.

***

El reconocimiento de la existencia de otros dioses ha estado presente en toda la historia de todas las religiones.

En Roma, la multiplicidad de cultos llegó a extremos sin precedentes. La ampliación de los horizontes del Imperio vino aparejada con la asunción de ciertos cultos a dioses de los territorios conquistados. Júpiter. Juno y Minerva, la Tríada Capitolina, tuvieron que compartir el corazón de los romanos no sólo con otros dioses del panteón tradicional romano, como Marte, Venus, Saturno, Jano, Vesta, Quirino, Diana, etc. sino que vieron cómo ciertos cultos procedentes de otras provincias competían o incluso predominaban sobre los tradicionales; así sucedió con Isis, Cibeles, Mitra, Serapis y otros. A ello se unió el culto al Emperador divinizado… vamos, una inflación divina en toda regla.

***

El propio dios de la Biblia se muestra en ciertos pasajes del Génesis y del Éxodo como un henoteísta convencido, conminando a sus creyentes a no rendir culto a ningún otro dios salvo a él, pero no imponiendo el convencimiento de la inexistencia de otro u otros dioses, sino ofreciéndose como el dios propio del pueblo de Abraham y de Moisés, frente a los dioses de otros pueblos.

***

Las llamadas religiones monoteístas actuales, imponen a sus fieles la creencia en un sólo dios, si bien en el ánimo popular sigue habiendo un henoteísmo latente, como si existiera una especie de competencia entre «el dios de los X» y «el dios de los Y«

***

Pero, es más, hasta el supuestamente mismo dios de todos los creyentes de una determinada religión puede «compartimentarse» en dioses diferentes; esos dioses que se ponen de parte de Maradona (que se transforma en una prolongación de su mano), de Thierry Henry o de cualesquiera de esos héroes que conducen la pasión de un grupo humano tildado de nación, barrio, región o tribu.

***

Vamos, todo conducente a la conclusión de que no es que haya diez mil dioses, es que no hay ninguno que esté aquí al lado… y, probablemente, tampoco un poco más lejos…

Cree en mi o te fulmino

DE RELIGIO ET DEVS (XV) ¿CREACIONISMO ESPONTÁNEO?

SABEMOS que la intervención humana en la  selección de individuos de una cierta especie y su intromisión en el natural proceso de procreación, determina la modificación de los rasgos de tal especie hasta que el individuo resultante sólo recuerda vagamente al original. No hay más que comparar, por ejemplo, un lobo con un perro yorkshire. Modificaciones como la citada han sido posibles en no mucho más de 12.000 años, un pequeño instante en millones de años de historia de los seres vivos en la Tierra.

Sólo un fanático creacionista negaría la importancia de la evolución en el devenir de la historia de las especies como explicación de la diversidad de la biosfera.

La evolución de las especies por medio de la selección natural resultó en su momento una auténtica andanada en la línea de flotación de la religión, que se defendió de la única manera que puede hacerlo, recurriendo a la literalidad (o al simbolismo, según interesara) de sus sagradas escrituras y a la imposición de la autoridad interpretativa de las mismas que se atribuye a sus vates correspondientes.

Hoy en día la versión creacionista del origen del Hombre (Ser Humano) sigue teniendo sus rocosos defensores y el relato bíblico sigue siendo su valladar. La imposición de CREER, anula la DUDA y evita transformar un «CREO» en un «SÉ». Pero si para un evolucionista se plantean dudas tan sustanciales como el mecanismo real de la variabilidad evolutiva y la incidencia de los factores externos, a un CREYENTE no se le plantea ninguna duda, aunque la simple lectura de sus «Escrituras» debería descolocarle.

El CREYENTE no analiza en sí mismas esas «Escrituras», se las dan hechas e incluso, por lo general, no las lee directamente. Hay comunidades cristianas en las que la lectura de su propia versión de la Biblia es normativa en sus actos litúrgicos; pero, por ejemplo, en la Católica, sólo unos cuantos fragmentos, sacados de contexto, forman el paquete de lecturas litúrgicas durante la celebración eucarística y la mayor parte de las referencias conocidas por los fieles son consecuencia de las historias que les han contado en las clases de Religión (otrora obligatorias) y las catequesis; historias «acondicionadas» a los intereses doctrinales.

Estudiar el origen del Hombre a la luz de «Las Escrituras» impide encajar en un razonamiento serio la avalancha de conocimientos pragmáticos que sobre tal cuestión vienen acumulándose desde el siglo XIX; pero ahí sigue el esquema de «nuestros primeros padres«, de «cuando Dios creó a Adán«….

El Génesis, primer libro de la Torá judía y del Antiguo Testamento cristiano es la fuente de información para conocer lo que HAY QUE CREER sobre el origen del mundo y del ser humano. El texto en su forma actual es consecuencia de un refrito de dos fuentes originales distintas (Yahvista y Elohimista) Y la evidencia de ese doble origen se pone de manifiesto en los dos relatos superpuestos sobre la creación de la Humanidad.

En Génesis 1:26 se dice que «Después dijo Dios: ‘hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra propia semejanza...» y sin aparente dilación en la cuestión de definir el dimorfismo sexual característico de la especie, «Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, macho y hembra los creó» (Génesis 1:27). Esta versión sitúa en un plano de simultaneidad la aparición de «macho» y «hembra» de la especie; sin embargo, en Génesis 2:7 se nos da otro relato: «Entonces Yavé Dios formó al hombre del polvo de la tierra, le insufló en sus narices un hálito de vida y así llegó el hombre a ser un ser viviente«. Después de colocar a Adán en el Edén, poniendo a su servicio todo lo creado, e incluso dándole a su cargo animales de toda especie, decidió darle una «compañía definitiva», así «hizo caer sobre el Hombre un sueño letárgico, y mientras dormía tomó una de sus costillas, reponiendo carne en su lugar; seguidamente de la costilla tomada el hombre formó Yavé Dios a la mujer…«, algo así como la reconstrucción del Quinto Elemento, de una chuleta un cuerpo completo.

Sí, vale, puede que extricto sensu no sean completamente contradictorios los dos relatos; pero ¿para qué dos versiones?

Se supone, pues, que esta primera pareja (que podía haberse pasado una eternidad en el Edén si no hubiera sido por osar comer de un fruto prohibido… habrá que hablar también de esta cuestión en otro momento) se dedicó tras la expulsión del paraíso a engendrar a troche y moche. Teniendo en cuenta que el relato bíblico le adjudica a Adán 930 años de longeva existencia, le dio tiempo, suponiendo una fertilidad tan milagrosa como dicha longevidad, a engendrar unos cuantos, lo que no se nos dice es cómo acabó la pobre Eva, más después de haberla Dios colocado aquello de «parirás a tus hijos con dolor» (¡Tiempos difíciles y milagrosos!)

Los primeros dos hijos de la pareja fueron Caín y Abel. El primero de ellos se cargó al segundo. Así es que a poco de crear al hombre «a su imagen y semejanza» (ojo) resulta que Yavé es desobedecido por los dos primeros creados y uno de los dos primeros engendrados asesina a su hermano por envidia: ¡menuda creación!

Después de relatar el asesinado de Abel, y antes de referirse a ningún otro hijo de Adán y Eva, se nos dice que Caín se alejó de la presencia de Yavé (parece que por entonces Yavé no estaba en todas partes ni era omnisciente, porque se le podían ocultar cosas).  Y aquí viene una de las grandes contradicciones: «y habitó en el país de Nod, al oriente de Edén. Caín conoció a su mujer, quien concibió y parió a Enoc» (Génesis 4:16-17) ¿de dónde había salido esta mujer? ¿generación espontánea? ¿trabajo adicional de creación divina no informado?

Prolíficos debieron ser mucho los dos creados y todos los nacidos después. Naturalmente, en los primeros «cruces» debió autorizarse, por imperativo legal, el incesto, además de contar con una moratoria en la actuación de virus, bacterias y demás agentes patógenos causantes de enfermedades y muertes y dotar a las células humanas de una prodigiosa virtud para permitir longevidades como las que se citan (récord de Matusalén, abuelo de Noé, con 969 años) que contradicen los análisis realizados sobre restos óseos de nuestros antepasados a los que se atribuyen edades máximas medias alrededor de los 25 años.

CREE lo que quieras; pero si lo que quieres es SABER…

(Los textos bíblicos citados han sido tomados de la La Santa Biblia, editada por el Centro de Ediciones Paulinas, traducida de los textos originales en equipo bajo la dirección de Evaristo Martín Nieto)

DE RELIGIO ET DEVS (XIV). NIHIL OBSTAT

La escritura fue parida hace más de 5.000 años. El arco geográfico que va del Golfo Pérsico al Nilo fue el escenario del parto. El barro, la piedra, la madera, el papiro, fueron superficies sobre las que afanosos escribas se esforzaron en dejar constancia de inventarios, entradas y salidas de los almacenes de los templos-palacios; después, esos trazos cuneiformes o jeroglíficos sirvieron para dejar impronta (casi) indeleble de normas jurídicas y religiosas (al principio imposibles de separar) y para asentar los anales en los que rememorar la historia (casi siempre la parte elogiosa) de los mandamases promotores.

¿Quién leía lo escrito? Sólo un reducido grupo de «iniciados» conocedores del código de transcripción. En algunas fases de la historia que media de entonces al siglo XV de nuestra Era («nuestra» «Era») el número de «people» capaz de leer lo escrito alcanzó un cierto porcentaje sobresaliente, siempre de forma excepcional y tremendamente restringido. Teniendo en cuenta la dificultad para copiar lo escrito, la sistemática destrucción accidental o intencionada de textos, hubo más de 20 siglos en los que casi nadie sabía… NI PODÍA leer.

De este modo, fue casi siempre la transmisión oral la encargada de perpetuar historias y de difundir normas.

El ciudadano de a pie, por lo general, se guiaba por lo que le decían que era verdad; por lo que le decían que tenía que cumplir, por lo que le decían que tenía que creer.

Nada puso excesivamente en riesgo los sucesivos sistemas de creencias, mientras quienes organizaban y controlaban los mismos eran quienes dictaban lo que había que pensar. Hasta que nuevos artífices de sistemas ganaban enteros e imponían sus propios diseños (casi siempre refritos de lo anterior, adaptaciones interesadas de esquemas mentales ancestrales)

Es relativamente fácil controlar a una masa de analfabetos. El «no entiendo nada de lo que dice; pero habla muy bien y debe tener razón» ha valido casi siempre más que «no he entendido lo que ha dicho, voy a informarme bien, no sea que me esté engañando«.

Y así, por más que hubiera una buena cantidad de documentos básicos sobre los que formarse opinión, la dificultad de acceso a los mismos y la comodidad de «que me lo den hecho» impedían al ciudadano acceder a información alternativa. Ese es el caldo de cultivo ideal para las religiones.

Pero he aquí que en el siglo XV un ciudadano alemán ideó un sistema de impresión con tipos móviles que revolucionó el tradicional sistema amanuense de copia y permitió multiplicar ad infinitum las copias de un mismo texto, lo que posibilitó la difusión de ideas al margen de las oficiales. Gutenberg hizo posible que más gente estuviera próxima al conocimiento… craso error para los sistemas de creencias firmemente establecidos. Hasta entonces, la religión dominante en la Europa de Gutenberg tenía algún que otro «problemilla» con las distintas herejías que surgían aquí y allá por cuestiones de interpretación de esos «clarísimos» textos «inspirados» por un Espíritu Santo empeñado en confundir a los seres humanos y dar pie a discusiones, persecuciones, matanzas… por algo tan «fundamental» como si Jesucristo tenía una naturaleza humana o divina o ambas o si había adquirido dichas naturalezas antes, durante o después…

Así, con la difusión de ideas, no es extraño que se disparara la disensión. Casi de la mano del parto tecnológico de Gutenberg, otro alemán (Luther, Lutero) puso en solfa a la Iglesia (por razones más que «sangrantes»), propuso su reforma y dio pie a la división  que volvió a sumir a los mortales en la tesitura de rebelarse contra lo establecido y someterse a una nueva autoridad, o defender lo establecido y seguir sus premisas. Leer, pasó a ser, para buena parte de los europeos (e inmediatamente para un creciente número de americanos y de naturales de otros lugares del Mundo, en proceso de «recepción» de las bondades organizativas e ideológicas europeas) algo tremendamente peligroso. La forma de mantener los dogmas e impedir la difusión de las «herejías» era la de prohibir la lectura de todo aquello que no pasara el «análisis de calidad». De este modo, infinidad de obras escritas, por un «quítame allá esas pajas«, pasaron a estar incluidas en el «Índice» de libros heréticos, de modo que quien estuviera en posesión de algún ejemplar de tamaña abominación podía terminar tan chamuscado como los tomos que una vez confiscados eran entregados al apetito purificador del fuego. Sólo aquellas obras merecedoras del sello «NIHIL OBSTAT« del censor podían llegar a los ojos de un piadoso lector.

Leer permite al individuo que lo hace formarse opiniones. Si uno no se conforma con una opinión, sino que lee opiniones alternativas, tendrá más elementos de juicio…. ¡peligro!  ¡Nada peor que SABER para dejar de CREER!… porque si dejas de escuchar los refritos doctrinales en los que se toman por los pelos (sólo los pelos adecuados) los textos sobre los que presuntamente se basa cualquier Fe, y LEES las fuentes, conoces su génesis, su evolución, su tratamiento… terminarás por no CREER y buscar más SABER…

Hay que poner la «X» en la casilla adecuada…. dinero para buen fin con mala intención; o para buena intención con dudoso fin… ¡enfín!

DE RELIGIO ET DEVS (XIII). MANDAMIENTOS, NO SUGERENCIAS

Todas las religiones tienen sus textos sagrados. El más difundido de todos ellos es la Biblia. Judíos, musulmanes y cristianos comparten su creencia en la inspiración divina de sus textos, aunque difieran en cuáles de dichos textos deben formar parte del conjunto y, desde luego, en su interpretación. Uno de los textos comunes es el Éxodo, que forma parte del conjunto de cinco libros (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) comunes a los textos «sagrados» cristianos y judíos: para los primeros es la parte de la Biblia denominada Pentateuco y para los segundos es la Torá (los judíos llaman a esos cinco libros, respectivamente, Bershit, Shemot, Vayikrá, Bemidbar y Devarim, por las palabras con las que comienza en hebreo cada uno de ellos)

Judíos y cristianos, y las distintas confesiones cristianas entre sí, difieren sobre la interpretación de sus textos sagrados. Para algunos, las palabras escritas deben ser interpretadas al pie de la letra; para otros… «según». Pero para todos el contenido es «palabra de Dios«, directamente transmitida o inspirada a los autores de los textos. Mucho hay que hablar sobre todo esto; pero hoy me quiero centrar sólo en una cuestión: Los Mandamientos.

El capítulo 20 del Éxodo contiene el llamado Decálogo, los Diez Mandamientos de la Ley. La tradición considera a Moisés el autor del texto del Éxodo, si bien su forma escrita más antigua es del siglo VII a.C. (Moisés se supone que vivió en el s. XIII a.C) Independientemente de quién lo escribiera en la práctica, el texto habla de una presencia directa de Yahvé ante Moisés y de la transmisión a éste de un corpus legal del que el Decálogo es la cúspide.

Pero es más, a diferencia del resto de Leyes de la Alianza, que son presentadas como palabras de Dios transmitidas a Moisés y puestas por escrito por éste, el Decálogo se nos presenta no sólo como la palabra de Dios transmitida a Moisés, sino como algo que el propio Dios escribe en unas «tablas de piedra»

«Después dijo Yahvé a Moisés: Sube a la montaña y estáte allí. Yo te daré unas tablas de piedra con la ley y mandamientos que he escrito para enseñarles« (Éxodo 24,12)

Las tablas de piedra escritas por el mismísimo Dios tuvieron mal fin, porque Moisés, tras cogerse un cabreo del quince con sus compatriotas las arrojó al suelo y las rompió… pero Yahvé no tuvo inconveniente en volver a escribir sus palabras sobre unas nuevas tablas de piedra, aunque esta vez, quizás como escarmiento por su acción, fue Moisés el que tuvo que prepararlas para que después Yahvé escribiera sobre ellas-

«Yahvé dijo a Moisés: Prepárate dos tablas de piedra como las primeras que tú rompiste y escribiré sobre ellas las palabras de las otras.« (Éxodo 34,1)

Bien, estamos pues ante un relato admitido sin ambages por todas las confesiones aludidas. Nada más y nada menos que el mismo Dios, descendido al monte Sinaí, departiendo de tú a tú con Moisés y escribiendo sus palabras sobre piedra. Quien crea que el relato es fiel reflejo de la realidad debería asumir con todo su peso las leyes transmitidas por el propio Dios. Además, en tal caso, siendo «PALABRA DE DIOS» no debería ser alterada en ninguna de sus palabras…

¿No? Pues la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana no sólo altera una o dos palabras… se pasa por el forro el Decálogo casi completo. ¿Justificación? Ninguna.

He aquí el Decálogo escrito por Dios, según la propia Iglesia, ya que admite como verdad lo relatado en el Éxodo:

ÉXODO 20

1 Dios habló todas estas cosas, diciendo:

2 Yo soy Yahvé tu Dios, que te sacó fuera de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.

3 (Primer Mandamiento) No tendrás otro dios frente a mí.

4 (Segundo Mandamiento) No harás escultura, ni imagen alguna de lo que hay arriba en el cielo, o aquí abajo en la tierra o en el agua bajo tierra.

5 No te postrarás ante ella, ni la servirás; porque yo, Yahvé tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad del padre en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,

6 y hago misericordia hasta la milésima generación a aquellos que me aman y guardan mis mandamientos.

7 (Tercer Mandamiento) No tomarás el nombre de Yahvé en vano; porque Yahvé no dejará sin castigo al que toma su nombre en vano.

8 (Cuarto Mandamiento) Acuérdate del día del Sábado para santificarlo.

9 Seis días trabajarás, y en ellos harás todas tus faenas;

10 pero el séptimo día es es día de descanso en honor de Yahvé; no harás en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que habita contigo.

11 Porque en seis días hizo Yahvé los cielos y la tierra, el mar, y cuanto en hay en ellos hay, y el séptimo descansó. Por ello bendijo Yahvé el día del Sábado y lo santificó.

12 (Quinto Mandamiento) Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen sobre la tierra que Yahvé, tu Dios, te da.

13 (Sexto Mandamiento) No matarás.

14 (Séptimo Mandamiento) No cometerás adulterio.

15 (Octavo Mandamiento) No hurtarás.

16 (Noveno Mandamiento) No darás falso testimonio contra tu prójimo.

17 (Décimo Mandamiento) No desearás la casa de tu prójimo, ni su mujer, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna que a él le pertenezca.

Pero, mira tú por donde, la Iglesia impone como Decálogo el siguiente:

  1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
  2. No pronunciarás el nombre de Dios en vano.
  3. Santificarás las fiestas.
  4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
  5. No matarás.
  6. No cometerás actos impuros.
  7. No robarás.
  8. No dirás falsos testimonios ni mentirás.
  9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
  10. No codiciarás los bienes ajenos.

¿Dónde está el Segundo de los Mandamientos dado a Moisés por Dios, perdón, escrito por Dios? ¿Por qué la Iglesia Católica, o la Ortodoxa, por ejemplo, no sólo no prohíben sino que fomentan la adoración de imágenes contraviniendo diametralmente el mandato expreso de su Dios?

¿Dónde está el respeto al Sábado? 

¿Por qué cambiar lo de adulterio por actos impuros? ¿para justificar la enfermiza obsesión de la Iglesia por todo lo que tiene que ver con el sexo…? 

Y no vale decir que la Nueva Alianza, con Jesucristo como árbitro, sirve de apoyo a su modificación, Porque en ningún momento se dice que dijera que hubiera que cambiarlos, es más, hasta se supone que dijo «Porque en verdad os digo que mientras no pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde, pasará de la Ley hasta que todo se cumpla» (Mateo 5,18) 

Lo cierto es que nada de todo lo contenido en ningún texto «sagrado» es palabra de ningún dios. Son tantas las contradicciones de los supuestos textos revelados, son tantas las interpolaciones, añadidos, correcciones… que el análisis medianamente serio de todo el asunto lleva no sólo a no creer sino incluso a condenar tanta estúpida manipulación… estúpida pero no inútil, porque durante milenios ha servido para controlar, dominar, dirigir a las masas y sacar suculento partido de ello (ninguna organización religiosa establecida como tal organización ha sido o es pobre…)

Quien tenga oídos que oiga

(Los textos bíblicos citados han sido tomados de la La Santa Biblia, editada por el Centro de Ediciones Paulinas, traducida de los textos originales en equipo bajo la dirección de Evaristo Martín Nieto. Hasta esto debe ser aclarado porque las traducciones también aportan matices que tergiversan o confunden el sentido original de los textos; hay decenas de versiones en los principales idiomas que casi nunca coinciden completamente)

***

«¿No piensas que si Dios hubiera querido que pasáramos la vida disfrutando y a lo loco, en lugar de los Diez Mandamientos nos habría enviado las Diez Sugerencias…?»

(«El Teniente» a José Ramón, en El Milagro de P. Tinto)

DE RELIGIO ET DEVS (XII). LOS «MISTERIOS»… UNO Y TRINO AL MISMO AL TIEMPO.

La Fe es lo que tiene, que no admite reflexiones, dimes y diretes, valoraciones sobre consistencias o inconsistencias… Lo que es, es… y punto.

No cabe darle vueltas a la cabeza (además, no vaya a ser que por eso de dar vueltas a la cabeza alguien se vaya a pensar que estamos poseídos)

Uno de los misterios que la Iglesia Católica impone como dogma que debe ser creído (o sea, que debe ser aceptado sin más reflexión) es que Dios es a la vez UNO y TRINO, es decir, que es una sola persona y a la vez tres: el Padre (unigénito), el Hijo (primogénito) y el Espíritu Santo (paráclito)

Ulecia, Torres de Castro y Ruiz Gómez lo tenían claro; pero P. Tinto…

Yo, igual Pancho José,… es que no lo veo… (¡Cuánta sandez y cuánta pérdida de recursos intelectuales!)

DE RELIGIO ET DEVS (XI). PARALELISMOS

«Las religiones son como McDonald’s, tienen sucursales en todo el mundo y son representadas por algún payaso.»

Enkeli Mirabilis Peal

En algún foro alguien puso que más que como McDonald’s, las religiones eran como una compañía de seguros, que te dicen que cuidan de ti, te piden que creas en las enormes prestaciones que obtendrás de ellos, pero en realidad te cobran «religiosamente» la prima y buscan mil y un subterfugios para, llegado el momento, no darte ni un duro (chavo, centavo…)

DE RELIGIO ET DEVS (X). ANTES DEL EDÉN

Uno de los principales enemigos de la credibilidad de la cosmogonía religiosa, especialmente en lo referente a la creación del ser humano, adquirió entidad de existencia cuando, tras el descubrimiento de un esqueleto cerca de Düsseldorf, la constatación de su relación con otros restos encontrados con anterioridad y la eliminación de absurdas interpretaciones sobre su morfología, se llegó a la conclusión de que dicho esqueleto correspondía al después llamado Homo Sapiens Neandertalensis u Homo Neandertalensis, que paseó por tierras de Europa, Norte de África y Oeste de Asia mucho antes de que lo hiciera nuestra especie y que coexistió con nosotros hasta fechas anteriores a cualquiera de los cálculos basados en el relato bíblico sobre el momento de la creación de Adán y Eva.

DE RELIGIO ET DEVS (VIII) ESCLAVITUD O ATEÍSMO

«El ateísmo es, simplemente, la posición de que es absurdo creer, y mucho menos rendir culto, a una deidad para la que no se ha presentado evidencia válida. El ateísmo no es una fe: por el contrario, es la negativa a aceptar las afirmaciones de la fe».
Paula Kirby
«La religión pretende liberar a sus seguidores, mientras los mantiene esclavos todo el tiempo e insistiendo en que deben besar la mano de su carcelero. No podrá haber verdadera libertad mientras la religión mantenga a la mente humana con grilletes».

Paula Kirby

DÍAS SANTOS

Es cierto que las festividades que salpican el calendario en Occidente van perdiendo cada vez más su trasfondo significativo religioso, quedándose nada más con el sentido lúdico y vacacional. Sin embargo, sigue habiendo, lo cual, por otra parte, resulta lo más coherente y consecuente, fieles que viven de un modo litúrgico las fechas por las que discurrimos.

De nada nos vale entrar en el fondo del asunto. ¿Realmente alguno se plantea en serio el análisis histórico de los supuestos hechos que dan lugar a esto que se llama Semana Santa? ¿Serviría de algo demostrar la inconsistencia de la trama y de la conjunción de personajes del drama pascual?

Que el calendario debería distanciarse de cualquier adscripción religiosa es algo que quien esto escribe tiene muy claro. Una sociedad moderna, realista, pragmática, debería eliminar de sus celebraciones festivas cualquier vínculo con festividades religiosas. Si por razones laborales o comerciales, para establecer periodos de descanso en los calendarios escolares o cualesquiera otras razones, se determina que, además de los fines de semana, deben existir otros días de descanso, pues tómense fechas marcadas por acontecimientos puramente civiles.

Sí, ya sé que al final viene a dar igual.

Pero es que las fiestas asociadas a cuestiones religiosas me resultan vomitivas.

Claro, no renuncio a ellas, me da igual que me dejen descansar del trabajo un día al que llaman Viernes Santo; por las mimas que me importaría poco si también fuera no laborable el Yom Kippur o el Mawlid An-Nabi…. cuantas más fiestas, mejor. Supongo que es el mismo razonamiento que se hacen los musulmanes o judíos que vivan en países cristianos: no creo que quieran ir a trabajar en Navidad por aquello de que no es una celebración propia de su religión.

Pero, insisto, me revientan estas fiestas. Las Navidades son repulsivas, con esas hipócritas reuniones familiares, esos vanos deseos de felicidad para todo el mundo, incluyendo a aquellos que no soportamos… o de todo el mundo, incluso de aquellos que luego nos acuchillan por la espalda. Y estas otras… ¡pura teatralidad festivalera!, con esas plañideras de golpe de pecho que derraman las pocas neuronas que dedican al raciocinio con cada lágrima de apasionado lamento por la emoción de unas velas, de una escultura sadomasoquista y una saeta… o esos costaleros que se hipotecan con tal de llevar las andas y lloran porque llueve y no pueden salir… (¿no será que sus rezos no llegan a sitio adecuado y llueve a pesar de ellos… o que su dios está hasta las narices de hipocresías y no le gustan sus paparruchadas?)

Nada, nada, voy a pasar de ello. ¡Mira que me lo digo! ¡No te hagas mala sangre! ¡Déjalo estar!, pero, pero….

¿Alternativa a tomar el sol en la playa, películas sado-maso, fantasmas, Ku-klux-klan?... No, Semana Santa